En los últimos años, y particularmente desde la celebración del Foro Mundial de la Educación en Dakar, Senegal, en abril de 2000, se han sucedido los intercambios y replanteamientos sobre el concepto de Educación para Todos (EPT) y sobre lo que conlleva implantar una educación básica que prepare a las personas para la vida y el trabajo. Considerando que cada vez más niños y adultos reciben y logran acabar su educación elemental, resulta importante impartirles destrezas para el mundo del trabajo que les capaciten para trabajar con dignidad, ayudarse a sí mismos y a sus familias y convertirse en miembros respetados y eficientes de su comunidad.

La EFTP contribuye en particular a los objetivos 3 y 6 de la EPT, que están relacionados con las capacidades para la vida:

• Garantizar que se satisfagan las necesidades educativas de todos los jóvenes y adultos, mediante un acceso equitativo a los programas adecuados de formación y capacidades vitales (objetivo 3), y

• Mejorar todos los aspectos de la calidad educativa y garantizar su excelencia, de suerte que todos los alumnos puedan lograr resultados formativos reconocidos y mensurables, particularmente en cuanto a lectonumeración y destrezas básicas para la vida (objetivo 6)

La EFTP, o educación para el mundo del trabajo, es uno de los proveedores de programas formativos y de destrezas/capacidades vitales para jóvenes y adultos. Con la evolución hacia modelos de trabajo que reclaman mayores niveles de competencias, más conocimientos técnicos y la capacidad de trabajar productivamente en equipo, los jóvenes deben hacerse ahora con una formación que supera las capacidades básicas de lectonumeración e incluye destrezas tanto profesionales como sociales, junto a los valores que ayuden a erigir sociedades en armonía.

En las últimas décadas, la UNESCO ha prestado más importancia a la EFTP. Dos grandes conferencias internacionales realizadas en 1987 y 1999 ampliaron el mandato a la EFTP como instrumento, un mandato formalizado en 2000 con una nueva definición de la UNESCO para la EFTP, que reconoce su mayor potencial para promover la función social de la tecnología, lo que incluye sus aspectos profesionales. La nueva definición resalta la importancia de una EFTP no formal (o cuanto menos, no escolar) para jóvenes de países en desarrollo, y en particular la necesidad de que la EFTP haga participar activamente en ella a los excluidos: muchachas, mujeres, grupos étnicos o tradicionales, refugiados, discapacitados, excombatientes en contextos postbélicos.

Al asumir entre sus objetivos el mandato de la Conferencia de Dakar de implantar la Educación para Todos, el Centro Internacional de la UNESCO para la Educación y Formación Técnica y Profesional disfruta de una posición privilegiada para proporcionar asistencia técnica a los países en vías de desarrollo, a los países en fase de transición y a aquellos en contextos postbélicos, y para prestar una atención particular a jóvenes, muchachas, mujeres y discapacitados. Ello puede hacerse realidad a través de una variedad de medios, como son, por ejemplo, la realización de seminarios formativos en un país concreto o bien a escala subregional o regional, el desarrollo de módulos formativos relacionados con aspectos claves de la educación para el trabajo, la formación de profesores de EFTP, la puesta en común de mejores prácticas innovadoras de la educación para el trabajo y la EFTP, actuar como plataforma para la cooperación entre agencias en lo referente a la educación para el trabajo y la EFTP, o la consolidación de la red de Centros UNEVOC a escala planetaria. En Dakar se admitió específicamente la necesidad de que la EPT agregue, a las capacidades de lectonumeración que imparte la enseñanza primaria, la obtención de unas destrezas o capacidades para la vida que permitan completar una educación básica de auténtica calidad.